CIENCIA Y TECNOLOGIA

Android Wear 2.0, más de lo mismo

Ciudad de México l Con las novedades tecnológicas de consumo hay que llevar muchas veces cuidado. La potente maquinaria publicitaria de las grandes empresas intentan «vender» a los consumidores una necesidad. Y, a veces, ese sueño de estar a la última se ensombrece por la escasez de un atractivo consecuente. Sin apelar a la manida frase de «no es revolución, es evolución», pero perfectamente aplicable en este caso, Google ha renovado su ecosistema para dispositivos vestibles o «wearables», Android Wear 2.0, pero, sobre el papel, el futuro se queda aún a muchos pasos.
Pese a erigirse como la gran apuesta para conquistar las muñecas, el sistema operativo original que formó parte de algunos modelos de relojes inteligentes de firmas como LG, Huawei o Samsung ofreció detalles interesantes. Pero en esta batalla, como la de tantas otras, está perdida por los fabricantes que solo ponen el producto; quien pone la «inteligencia» a los productos gana la partida. Y Google (mejor deberíamos decir Alphabet) lo intentó.
Y pese a querer competir en igualdad de condiciones con Apple Watch no logró cautivar al gran público en lo que presupone que iba a ser la revolución portátil del momento. Según los datos de la firma de análisis de mercado IDC (datos de finales de 2016), el mercado encadenó dos trimestres de caídas de las ventas. Hasta septiembre se vendieron en todo el mundo tan sólo 9,4 millones de relojes inteligentes, datos preocupantes como para sacar pecho.
Sin embargo, y al igual que sucede en el entorno móvil, es una cuestión de dos. Del mercado de los relojes inteligentes únicamente destacan Apple o Fitbit, con el 49% y el 17% de cuota de mercado, según datos de la firmas de análisis Canalys. También es verdad, en cierto modo, que estas dos empresas a día de hoy no se pueden comprar, ya que Fitbit comercializa productos de menores prestaciones, aunque se espera que para los próximos meses muestre sus credenciales después de la adquisición de Pebble.
A lo que vamos, Samsung -según estos datos- se mantiene fuerte con la tercera plaza de este ranking, pero llama la atención que lo hace bajo su propio software, Tizen, el que se encuentra en sus dispositivos más avanzados y actuales, el Gear S3. Ni rastro de Android Wear. Ahora, Alphabet va de la mano de LG para volverlo a intentar con dos nuevos dispositivos, Watch Sport y Watch Style, que van dirigidos a dos tipos de público bien diferenciados, de paneles de 1.38 y 1.20 pulgadas. Ambos modelos ofrecen coronas digitales para poder interactuar y moverse dentro de las aplicaciones.
A nivel estético, ambos relojes ofrecen similitudes con anteriores modelos, pero con líneas cuidadas. Un aspecto que, por lo pronto, puede que pierda cierto encanto para un público que esperaba algo más de ellos. Ambos disponen de pantallas esféricas con tecnología P-OLED y, en su interior, se encuentran 4 GB de memoria, un chip Snapdragon Wear 2100 de Qualcomm a 1,1 GHz, con conectividad Wifi y Bluetooth, un sistema de carga inalámbrica y, como era de esperar, son resistentes a agua y polvo gracias a la certificación IP68.
En el caso del Watch Sport cuenta con un chip NFC, diseñado para realizar pagos móviles mediante Android Pay, así como conectividad LTE o 4G y sistema GPS. Dispone de 768 MB de memoria RAM, al nivel de otras propuestas similares, y una batería de 430 mAh, mientras que en caso del Watch Style, de líneas más elegantes y diseño más liviano, monta 512 MB de RAM y batería de 240 mAh.
Lo más preocupante es, sin embargo, que disponen de funcionalidades parecidas, aunque añade un detalle interesante, como la conectividad LTE que le dota de una cierta independencia respecto al dispositivo matriz al que se conecta. En Android Wear 2.0 se ha introducido una nueva interfaz de usuario que ofrece una disposición de las aplicaciones y accesos de una manera más sencilla y práctica, así como nuevos complicaciones que ejercen a modo de «widgets» y con el asistente virtual Google Assistant integrado. Por ahora, están disponibles únicamente en el mercado norteamericano por 349 dólares y 240 dólares, respectivamente.

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