OPINIONES

UNIDOS PARA GANAR

Yolanda Pardo

El filósofo y reconocido científico Gregg Braden, ha afirmado que todo nuestro mundo está conectado en formas que apenas empezamos a entender y que no hay diferencia entre la ciencia y la espiritualidad. Por eso, trata siempre de difundir el nexo que une a ambos mundos, para que con estos conocimientos podamos comprender más la ciencia de los milagros y llegar a ser mejores seres humanos.
Este filósofo espiritual de las tradiciones indígenas antiguas, dice que estamos conectados con nuestro ADN a través de nuestras emociones, ya sea que esté aún en nuestro cuerpo o separado a cientos de kilómetros. A esto se le llama energía local.
Estas investigaciones nos dan la certeza de que si varias personas se unen en un mismo pensamiento e intención se puede lograr desde que caiga una beneficiosa lluvia en determinado lugar, revertir un hecho que no es benéfico para cierta comunidad, hasta alcanzar una auto sanación.
El universo es el resultado de lo que nosotros hacemos en nuestras vidas, así que cada uno de nuestros pensamientos, emociones y acciones, deben analizarse cuidadosamente para ser mejores personas y tener el mundo ideal que deseamos.
Dice Braden que estamos conectados a través de un campo energético y que nuestro ADN tiene un efecto directo en nuestro mundo, en los objetos físicos que lo componen, a un nivel energético. Las emociones tienen la habilidad de cambiar nuestros genes con repercusiones en todo lo que nos rodea.
Así nuestras emociones, pensamientos, creencias y plegarias trascienden los límites del tiempo y del espacio. Estamos conectados al mundo que nos rodea, insiste Braden y eso es poder a nuestro alcance que nos traerá un sinfín de beneficios ya sea para curar el cuerpo, para atraer la paz y todo lo positivo que queramos tener o hacer.
Saber esto y actuar en consecuencia, nos llena de esperanzas y del poder necesario para que a todos los que llegue esta información, hagan lo conveniente y empiecen por lo urgente como, por ejemplo, para que nuestro México, siga en paz y alcance la prosperidad, a pesar de todos los augurios y predicciones en contra ya sea que provengan de nuestros propios gobernantes o de los del vecino país del norte, o de quien sea.
Unidos en pensamientos, sentimientos y emociones, lograremos nuestros objetivos como pueblo pacífico y guerrero, aunque suene contradictorio.
Finalmente, si también queremos unirnos en plegaria, Gregg Braden aprendió de culturas milenarias (y lo comparte) de cuál es la manera correcta de hacerlo.
“Si yo digo Dios que haya paz, lo que estoy diciendo es que en ese momento la paz no está ahí y estoy proyectando justo lo contrario a lo que mi plegaria apuntaba y lo mismo pasa con los pedidos de sanación”
Así que nuestro pedido, oración o plegaria, no se debe centrar en lo que no queremos, pues se atrae aquello en lo que se fija la atención. Debemos sentir con emoción que lo que deseamos está hecho, visualizarlo y alegrarnos porque ya se cumplió.
Si varias personas se unen para determinado fin al mismo tiempo, por ejemplo, para una sanación y ven a esa persona ya curada y repitiendo está sana, el “milagro” ocurrirá.
¿Empezamos?

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