OPINIONES

LOS GREENCH

Yolanda Pardo

Ya en plena época navideña, empiezan las añoranzas, las nostalgias de quienes sobre todo pasan solos estas temporadas y tal vez como una defensa emocional, psíquica, rechazan todo lo relativo a las fiestas decembrinas.
Prefieren pasar por amargados que declarar abiertamente sus sentimientos heridos de soledad y se autonombran greench, como aquel protagonista del cuento que ahuyenta al Espíritu de la Navidad.
Aunque actualmente, el panorama para el siguiente año, por lo menos en lo económico, no pinta nada bien y tenemos en nuestro alrededor y nosotros mismos un gran número de preocupaciones que nos podrían alterar la alegría que caracteriza estas fiestas, no podemos perder la fe y la esperanza para disfrutar con toda la familia que sería lo ideal, con algunos cuantos o hasta solos, el aquí y el ahora, pensando en todo lo que hemos vivido, conseguido y en los amores que prácticamente nos mantienen vivos, empezando, muy importante, por el amor propio y de ahí , todo lo demás será ganancia.
La mayoría no podemos sustraernos a toda esa parafernalia que envuelve estas fiestas y parece mentira, pero el Espíritu de la Navidad, que según cuentan, llega el 22 de diciembre, si logra hacernos más dadivosos, generosos, empáticos y amorosos.
Será el consciente colectivo que nos llega por ley de atracción o realmente algo más allá que llena el espíritu de cosas buenas.
Para qué pensar en vaticinios nada halagadores, vivamos el aquí y el ahora, con buenos deseos, fe y esperanza de un mundo mejor, al menos, nuestro mundo interior.
Vivamos esta nueva oportunidad de festejar una Navidad más, la mejor, porque es la que estamos disfrutando.
Si nos unimos en pensamientos positivos y buenos deseos, arrancando de la mente todos los augurios perturbadores, podremos cambiar la situación, creyendo en nuestra propia capacidad no sólo de cambiarlos, sino de crear lo que queremos, con un poco de esfuerzo y una dieta mental en donde está prohibido todo lo negativo, incluídas las predicciones pesimistas que perturban, envuelven y paralizan, impidiendo la realización de sueños y metas.
Es época de reflexión para actuar después en consecuencia con el fin de mejorar nuestro estado de ánimo y con alegría afrontar un nuevo año en el que también se cifran esperanzas. Mientras haya vida…
Acabemos con los greench, que se unan a los festejos como mejor les convenga, al fin y al cabo, somos muchos más quienes disfrutamos la Navidad y felices fiestas.

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