INTERNACIONAL

Se agudiza la crisis en la cúpula republicana

David Brooks, corresponsal/Nueva York L La crisis entre la cúpula republicana se agudizó mientras que la campaña demócrata se prepara para enfrentar más escándalos y la mayoría del electorado percibe a ambos candidatos presidenciales de manera desfavorable.
Después de provocar una tormenta de criticas y condenas en su contra de sus propios colegas republicanos -por su burla de los padres musulmanes estadunidenses que perdieron un hijo en la guerra de Irak, por sus expresiones de simpatía con Vladimir Putin, por comentarios ignorantes sobre Ucrania, y para colmo, ordenar que sacaran a un bebé que lloraba en uno de sus actos de campaña- Donald Trump decidió atreverse a desairar al político republicano más poderoso del país al comentar que aún no estaba preparado para endosar la campaña de relección de Paul Ryan, presidente de la cámara baja.
Más aún, agregó que tampoco estaba preparado para endosar a una de las figuras máximas del país, el senador John McCain. Ambos habían, después de titubear, endosado a Trump. Versiones no desmentidas reportan que el presidente del Comité Nacional Republicano Reince Prieubus estaba furioso por estas declaraciones después de tanto esfuerzo durante la reciente convención nacional de presentar una imagen de unidad.
Hoy ya se hablaba abiertamente de una grave crisis entre Trump y el partido, circulaban expresiones de pánico entre algunos dirigentes que supuestamente están contemplando hasta la posibilidad de una “intervención” de los adultos en el partido para advertirle al candidato que tiene que cambiar su comportamiento, y hasta especulación sobre si es necesario preparar un sustituto de emergencia si llega un momento donde el candidato no tenga otra opción más que retirarse de la contienda.
Mientras algunos expresan consternación ante el comportamiento de Trump, y se preguntan si está dispuesto a hacer estallar al Partido Republicano, otros afirman que no está interesado en la unidad con esa cúpula, Como han comentado activistas republicanos pro-Trump a La Jornada en días recientes, la carta de Trump es justo presentarse como anti-establishment, el insurgente contra la cúpula corrupta de ambos partidos. Estas maniobras ayudan a nutrir esa imagen ante sus bases unidas en torno a su repudio de la cúpula política del país.
Algunos creen que Trump ya está preparando su propia derrota. Esta semana declaró que sospecha que habrá fraude en la elección, y que con ello podría perder como resultado. Preguntado sobre las pruebas que tiene de que podría haber fraude, respondió: “oigo de cosas, y sencillamente lo siento”.
Por otro lado, Clinton ha capitalizado un poco, pero aún muy poco, la controversia en torno a Trump. Su problema más grave, afirman varios comentaristas, es que representa más de lo mismo en un año en que el electorado está expresando su deseo por un cambio. “Ciertamente es la mejor próxima presidenta posible… Pero también es ciertamente una representante del estatu quo capitalista global; está en campaña a favor de un sistema pro-empresarial, pro-mercados, esencialmente anti clase trabajadora”, comenta Mark Bittman, en The Guardian. Si esta elección es un referéndum sobre el estatu quo, en que todos desean progreso o un retorno a un pasado, esto es un grave problema, concluyó.
Mientras tanto, Clinton y su gente obviamente están disfrutando la crisis republicana y siguen recaudando y gastando decenas de millones para lograr triunfar, aunque hay nerviosismo sobre problemas potenciales, como lo que estará en los próximos paquetes de información sobre la candidata que Wikileaks promete difundir próximamente.

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