OPINIONES

Monedero

Carmen R. Ponce Meléndez*

Gasto etiquetado para la igualdad de género

Ante la expectativa de que el gasto público de 2017 sufra ajustes importantes, existe la posibilidad (muy real) de que se recorte el presupuesto destinado a la igualdad de género.
Esos recursos siempre han sido muy reducidos; han crecido en términos absolutos pero relativos no, ni siquiera rebasan 1 por ciento del gasto total y como se aprecia en la gráfica, su destino ha cubierto básicamente cuatro rubros: mujeres en situación de pobreza, salud, y en menor escala educación y violencia.
El gasto etiquetado teórica y políticamente representa la vía de desarrollo más importante en la construcción de los presupuestos de género en México. Surgen como un recurso del feminismo institucional para hacer más efectiva la estrategia del impulso de la igualdad.
Parte del principio de que el presupuesto es el principal instrumento con que cuenta el Estado para concretar sus políticas y cumplir con las demandas y compromisos con la sociedad, entre ellas la igualdad de género (“El desarrollo de iniciativas de presupuesto de género en México. Un análisis contextual”, de Flérida Guzmán Gallangos; editado por El Colegio de la Frontera Norte, El Colegio de México y Flacso).
Estos instrumentos cobran relevancia a partir del papel de la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, China, en 1995. Uno de los acuerdos fue integrar la política de género en las decisiones presupuestarias sobre políticas y programas, y asignar recursos financieros suficientes para el logro de los objetivos estratégicos.
En síntesis, es un compromiso internacional. La idea es considerar recursos monetarios de origen público como un mecanismo más para el impulso de la igualdad entre mujeres y hombres.
EL DESTINO DE LOS RECURSOS
Pobreza y salud han sido los temas de mayor relevancia durante los últimos 12 años. En el caso de la pobreza, el problema de transferencia de recursos es que, si bien les da dinero a las mujeres, les refuerza sus roles tradicionales de cuidadoras y en el trabajo doméstico.
La salud –principalmente la reproductiva– cobró especial atención de 2000 a 2006, periodo en el que representó más de 50 por ciento del total del gasto etiquetado. El presupuesto se ha centrado en mantener y mejorar el servicio previo al parto, así como a la detección oportuna y atención del cáncer.
El tema del trabajo productivo (vinculado al empleo) y su relación con el trabajo reproductivo cobró relevancia a partir de 2007, cuando en este grupo de gastos se agregó el monto asignado al programa de estancias infantiles destinadas a hijas e hijos de trabajadoras y trabajadores sin seguridad social y de escasos recursos; son asignaciones que maneja la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
La atención de la problemática de género y pobreza, especialmente en lo que se refiere a la generación de ingresos, se ha mantenido dentro del área destinando recursos a proyectos productivos. Poco más de 27.9 por ciento del gasto se concentró en este rubro.
La violencia contra las mujeres es otro de los problemas que se ha considerado en este gasto etiquetado, pero con muy pocos recursos. A pesar de que las estadísticas muestran la grave situación que se vive de violencia de género.
El gasto para la igualdad representa uno de los mecanismos para que el gobierno rinda cuentas sobre lo que se propone hacer en materia de igualdad de género. Es el instrumento en el que se plasma el grado de cumplimiento de los Derechos Humanos de las mujeres, y por tanto representa un avance en el proceso democrático del país.
Rompe con el principio de universalidad que caracteriza a los presupuestos públicos al visibilizar que el presupuesto no es neutral al género. También permite y obliga a la incursión de las mujeres y sus organizaciones en ámbitos políticos tradicionalmente cerrados para la sociedad civil y considerados “masculinos”.
Será un logro muy importante para la igualdad de género defender de los recortes el gasto etiquetado de 2017, a pesar de que las circunstancias económicas para las finanzas públicas son adversas.
Twitter: @ramonaponce
*Economista especializada en temas de género.

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