OPINIONES

Metas que no se cumplen

Yolanda Pardo

A unas cuantas semanas de iniciado el año nuevo, todo vuelve a la normalidad y pareciera que la gran euforia, los propósitos y las metas para los próximos 300 y tantos días, se van esfumando, diluyendo hasta desaparecer y seguir en lo mismo, sin cambios en ninguna fase de nuestra vida para dar paso a la frustración.
A veces nos planteamos metas inalcanzables que parecen factibles, cuando estamos a punto de iniciar un año nuevo, porque queremos que todo lo “viejo” se vaya para dar paso a lo nuevo que tenemos en mente, pero es tanto y queremos hacerlo todo al mismo tiempo, que de plano nos confundimos y lo dejamos tal como está.
Eso propicia una situación que nos crea inercia y nos lleva a ningún lado, nos paraliza hasta en las actividades que ya estábamos acostumbrados a realizar y puede llegar a deprimirnos, si no actuamos ya.
En primer lugar no vamos a descartar todo, debemos continuar con las actividades que nos satisfacen y aunque las hemos llevado a cabo por muchos años, si son benéficas, debemos seguir haciéndolas, tal vez con algunos cambios para perfeccionarlas y así vendrán otras nuevas hasta integrar los propósitos que nos hicimos al iniciar el año y poco a poco veremos que la mayoría los vamos cumpliendo.
Es natural que después de tanta fiesta y vacaciones, cueste trabajo reincorporarse a las actividades cotidianas y más con la pesada carga de las promesas que nos propusimos para mejorar en este 2016, pero si damos el primer paso, que es lo más difícil, llegaremos tarde o temprano a la meta, además no hay de otra.
Es importante plantearnos metas factibles, que hagan sacar la mejor versión de nosotros mismo y no para competir contra los demás. Asimismo, debe haber una motivación, lo suficientemente grande, como para no abandonarlas a mitad del camino y por sobre todo, ser realistas y saber lo que podemos lograr.
Si nos comprometimos con nosotros mismos a aprender un nuevo idioma, por ejemplo, debemos tener claro para qué. Si nos es útil para un nuevo trabajo o para incrementar nuestro acervo cultural o hasta para impresionar a alguien o para cumplir con una promesa que hicimos a quien nos importa mucho. Definido el para qué, ponemos todo nuestro empeño, todos los días en empaparnos de su gramática y en aprender nuevas palabras cada día y después, practicar hablándolo con personas que sepan perfectamente ese idioma para que nos corrija la pronunciación y escribirlo constantemente, con la asesoría de un maestro que corrija nuestros errores y así, lograr dominarlo tanto en lo escrito como en lo oral, pero muy importante, nunca dejar de practicarlo.
Así con todo lo nuevo que emprendamos, sea tocar un instrumento, aprender a cantar, a bailar, a pintar, a escribir novelas, poesías, guiones. Nunca dejar de practicar, si no, se olvida, aunque dicen que “lo que bien se aprende jamás se olvida”, es porque sabemos que nos proporcionará beneficios tanto en el presente como a futuro y estamos aplicando ese aprendizaje en nuestra vida.
Ahora, si uno de nuestros propósitos-deseos fue conocer mundo, a empezar a planear esos viajes, investigando los mejores lugares para visitar, según nuestros anhelos y claro, ahorrar lo suficiente o pedir crédito para irlo pagando poco a poco. Y si lo que queremos es un nuevo empleo, a buscarlo. Lo importante es la decisión y dar el primer paso.
Si estar saludables es nuestra prioridad, debemos organizar nuestro tiempo para hacer algún ejercicio diariamente, podría ser algo tan sencillo como caminar. Dicen los expertos que con 30 minutos al día, basta. Además de empezar a comer lo más saludable posible y dejar adicciones perniciosas -aunque esto es más difícil, pero no imposible. En 21 días más o menos, se pueden cambiar los hábitos.
Entonces, a trabajar y a ir por esas metas que anhelamos, pero ya. Las fiestas y el descanso terminaron, el 2016, nos espera, con sus 11 meses restantes.

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