OPINIONES

Circunstancias y emociones

Yolanda Pardo

La vida es como una miscelánea, encontramos de todo en la nuestra o en las de los demás. Situaciones que al presentarse nos llenan de emociones, unas positivas y otras aparentemente negativas, dependiendo del interior de cada uno, de las expectativas o del momento.
El control de las emociones, miedo, ira, tristeza y alegría, es decisivo para encontrar la mejor manera de afrontar las diversas circunstancias de la vida. Es trabajo arduo aprender a interpretarlas primero, luego reaccionar ante ellas de la mejor manera posible para canalizarlas correctamente, así lejos de enfermarnos, serán nuestras aliadas.
Algunas acciones y técnicas pueden ser contraproducentes y otras ayudar para que la reacción ante algunos momentos incómodos no deriven en situaciones catastróficas sino en lecciones y aprendizajes que con la práctica, casi sin percibirlo, llegará la hora en que no nos afecten.
Sabiendo que las emociones no están contenidas dentro de nuestro cuerpo y necesitan salir como en una olla de presión, es menester ser comprendidas para evitar que nos hagan daño. Se procesan casi en su totalidad a nivel inconsciente para luego pasar al consciente donde se perciben, por eso cuando se concientizan, casi siempre es demasiado tarde.
Se decía que intentar no pensar en lo que nos preocupa, era una buena técnica, pero que se ha comprobado ser ineficaz, porque al hacerlo, por un efecto rebote, (como cuando dicen, no pienses en un elefante blanco e inmediatamente viene a nuestra mente) tal es el caso de las personas deprimidas, regresan las ideas que las mantienen en ese estado, con más fuerza todavía.
Otro de los métodos que tampoco funciona es relajarse y respirar hondo o inflar una bolsa de papel cuando estamos enojados o muy ansiosos porque intentar modular el diafragma no sirve en estos casos, ya que el componente fisiológico de las emociones suele ser poco importante. Y si anterior al disgusto estábamos hasta meditando y no evitó el sacarnos de nuestras casillas, menos lo hará después en un estado alterado.
El liberar la tensión por otras vías, entre ellas, llorar como Magdalenas o para disipar la agresividad romper cosas o pegarle a una almohada hasta sacar todo el coraje, tampoco son efectivas. Nuevos estudios psicológicos indican que este tipo de catarsis lejos de ayudar puede incrementar la agresividad y también quienes sugieren hacer ejercicio físico, están equivocados, porque no apaciguan las emociones.
Tampoco podemos presionarnos para tener pensamientos positivos pero a veces puede ayudar buscar el lado bueno de cada situación y así evitar que las emociones negativas aumenten.
Para poder controlar las emociones, el primer punto es identificar y comprender nuestros propios estados de ánimo y actuar sobre las causas y no los efectos. Recordar nuestros éxitos, nuestros dones y virtudes y reducir los efectos negativos de una situación que no nos agrada, puede ser de gran ayuda.
Cuando sintamos que se avecinan situaciones extremas que nos conducirán o bien al nerviosismo o al enojo o a cualquiera otra emoción negativa, debemos desviar nuestra atención y enfocarnos a algo que nos guste y distraiga, así como hacemos con los niños cuando están a punto del berrinche y les mostramos su juguete favorito. Es decir, desviarnos de la situación molesta y enfocarnos en pensamientos neutrales, según sugieren estudios científicos al respecto.
Últimas sugerencias para el control de las emociones, pensar en nuestro futuro prometedor, en lo que queremos lograr. Respirar de forma correcta y meditar todos los días, hasta que se convierta en un hábito ya que sólo así funcionará para el fin que nos ocupa.
Posponer las preocupaciones aunque sólo sea por media hora y pensar en lo peor que te pudiera pasar, podría aminorar el miedo y los problemas, al menos eso recomiendan algunos psicólogos modernos.
Escribir sobre nuestras emociones y pensamientos más profundos acelera la cicatrización de nuestras heridas y reduce la recurrencia de pensamientos negativos, así como ser conscientes de lo que estamos haciendo para tener más capacidad de control y encontrar el motivo de nuestras emociones, la clave y el por qué las experimentamos, pero debemos ser totalmente sinceros con nosotros mismos.
Sin embargo, para controlar nuestras emociones no hay una solución única, encontrar la estrategia más adecuada para regular los sentimientos negativos así como entender su origen para tratar la causa, es la única forma de evitar que tomen el mando de nuestra mente.

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