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Desde luego que sacaron de la jugada local a Willy Ochoa, aun el reconocimiento que dio el gobernador Manuel Velasco a su movimiento.
El objetivo del actual diputado era la dirigencia estatal del PRI, que ya no le puede tocar a él ante la cartera nacional que le otorgaron, como responsable de organización, aunque desde ahí puede colocarse a una senaduría o incluso la gubernatura en su momento, con eso que al señor le gustan los adelantamientos.
¿Pero quién a la dirigencia estatal priista?
La verdad es poco atractiva: no está en condiciones de hacer nada: vimos a un Roberto Albores Gleason siendo senador, en verdad mediano, y quien sonaba más Héctor Hugo Pérez Anzueto, que fue nombrado presidente de la junta de coordinación política de la LXVI Legislatura, en un asunto de membrete, porque no decide.
Deciden enfrente.
En la Mesa Directiva, presidida por Eduardo Ramírez Aguilar.
No está pues el juego político en la dirigencia estatal del PRI, al parecer la silla más buscada antes, no es tan deseada ahora, y quien se mencionaba para ella, no ha hecho movimiento alguno para buscarla, como lo es el secretario de gobierno, Juan Carlos Gómez Aranda.
¿Quién al PRI?